Rindamos honores a nuestros héroes caídos - Prof. Laura Sampedro
Hoy se conmemora un aniversario más de un acontecimiento caro a la memoria y a los sentimientos de todos los argentinos, porque muchos de los que estamos aquí presentes vivimos esta guerra de cerca, tuvimos amigos, familiares, o amigos de amigos que se embarcaron rumbo a Malvinas y a un destino incierto. Rumbo a una guerra absurda, no por los principios que la animaban sino por las circunstancias en las que se engendraba.
El 2 de abril de 1982 se precipitó una guerra absurda, por unas islas “demasiado famosas” según el célebre poema de Jorge Luis Borges. Pese a la falta de cohesión interna y al imperio de la fuerza como única razón de gobierno, el régimen que todavía preservaba el nombre de Proceso de Reorganización Nacional, llevó a la Argentina a esta contienda con otra potencia – Gran Bretaña- respaldada por una superpotencia como Estados unidos. La idea cobró forma con una celeridad ausente en otros campos del gobierno. La muerte, que había cubierto el país de cuerpos acribillados por acción de la guerrilla y del terrorismo de Estado, adquiría a partir del 2 de abril una dimensión a escala mundial.
La noticia causó conmoción: Las tropas habían desembarcado en Port Stanley, rebautizado como Puerto Argentino. Esa operación interrumpía 149 años de un control absoluto de las islas por parte de los ingleses. Es decir: se quebraba la tradición impuesta por la fuerza en 1833 cuando los ingleses arrebataron el archipiélago a un incipiente país nacido formalmente en 1816.
Las islas no eran otra cosa que un punto de apoyo en la política mercantil de los mares. Un profundo y legítimo sentimiento se sacudía en el corazón de un pueblo que tiene en el nombre de Malvinas la búsqueda incansable de una soberanía jamás reconocida en las internas negociaciones diplomáticas con Londres.
Si la decisión de ocupar las Malvinas fue una irracionalidad, la de esperar la llegada de la poderosa tropa británica fue equivalente a un acto letal. Las tropas argentinas, mal entrenadas, mal equipadas y con un armamento muy inferior al de los británicos enfrentaron desde el 1º de mayo de 1982 esas fuerzas superiores. “Los chicos de la guerra”, soldados conscriptos recién salidos de la adolescencia, llevados a una lucha con profesionales en esas tierras en las que también mataban el hambre, el frío y el olvido. Junto a ellos, militares dignos que dieron su vida por una causa.
El 14 de junio el Gral. Menéndez dispuso la rendición de las fuerzas. Hubo más de 700 muertos, muchos de ellos conscriptos correntinos, además de 1300 heridos y 11.000 prisioneros. El hecho de que la guerra fuera promovida por un gobierno militar no le quita mérito, ni honor, ni orgullo a quienes fueron a pelear y dejaron su aliento y su vida en nuestras tierras del sur.
Nos queda la esperanza de la justicia, y nos obliga rendir tributo a aquellos que derramaron su sangre en defensa de nuestro suelo. Rindamos, pues, honores, a nuestros héroes caídos.
Prof. Laura Sampedro
Los invitamos a visualizar un vídeo elaborado por el Canal Encuentro:
Link del video: https://www.youtube.com/watch?v=ifzcNaAU6Fo
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